Todos sabemos que al vivir tomamos pequeñas decisiones todo el tiempo,
y cada vez que decido algo importante pienso:
¿qué haría el amor?
Tormentosamente he aprendido que la respuesta muchas veces acarrea dolores o dolorsitos
como cuando he de decidir quiénes me acompañarán durante el tiempo que mi nombre sea verbo.
Muchas pérdidas veo al final de estas horas,
y ahora solo estoy sintiendo el vacío, no se oye nada, porque siempre he atendido a otros en mis propósitos, ahora solo me atiendo a mi, así que como dice mi amiga: solo es raro.
Es raro no pensar en lo que otro desea de mi, no pensar en dirigir mi día para estar con los demás, sólo conmigo.
Creo que es este vacío el que me espantaba de quererme... a veces es tan profundo que no puedo escuchar mi corazón.
Vuelvo a decidir que mis alas han de abrirse otra vez, y solo he de volar con los que sean capaces de ofrecerme libertad,
la libertad es verdadero amor,
y vuelvo a decidir
que si la luna sigue brillando
estando sola he de disfrutar de su belleza
mientras pueda mirar al cielo,
podré volver a empezar...
Decido que mi corazón sobrevivirá a los duelos que enfrenta,
a la nostalgia, al olvido,
no se arrastrará a la mediocridad de regresar a lo que ya conoce,
aunque duela, aunque cueste
EL vacío se llenará de mis flores, muchas, muy distintas
tan diversas como mi alma
para tener algo que ofrecerme, para tener algo que ofrecer
ya llegará el que se ame para que me ame como yo necesito.
